lunes, 30 de mayo de 2011

La Casa de Nicolás Estévanez abandonada y despojada

Nicolás Estévanez Murphy (Las Palmas de Gran Canaria 1838-1914) es una de las personalidades más destacadas de la historia de Canarias, Cuba y España. Destacado poeta, militar y político canario descendiente de irlandeses y españoles, hecho que no impidió su compromiso con los pueblos oprimidos como el cubano y el canario. Entre el nacionalismo canario se le recuerda con especial cariño por su amistad y solidaridad       con Secundino Delgado y su compromiso literario con la canariedad.

La casa que fuera uno de los referentes culturales canarios de siglos pasados se muestra en su actual estado como una triste metáfora de la situación agonizante de nuestra identidad. La casa de Nicolás Estévanez situada en la Curva de Gracia, en el municipio de Aguere-La Laguna, es un referente cultural no sólo por su valor arquitectónico como ejemplo de hacienda rural tradicional, sino por el simbolismo identitario que encierran sus muros. La Casa Borges Estévanez fue construida entre 1733 y 1735 por un miembro de la familia Meade. En ella vivió uno de los impulsores del nacionalismo canario, el político y poeta Nicolás Estévanez, autor del célebre poema Canarias, en el que aparece la conocida referencia al "almendro de mi infancia", un árbol que aún sigue en pie junto a esta casa, pero ya seco y a punto de convertirse en polvo. Aquí residió también el artista Francisco Borges Salas y, años antes, la casa alojó a personajes de la categoría de Sabino Berthelot, además de las famosas tertulias promovidas por los Estévanez, en las que participaban Valentín Sanz, Agustín Guimerá o Teobaldo Power.
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         La vivienda y la finca son propiedad del Cabildo de Tenerife desde el año 2007, año en el que pagó 900.000 euros. Posteriormente fue apuntalada y sus techos  cubiertas con plástico para evitar una mayor degradación a la espera de un proyecto de rehabilitación. Ya en febrero 2009 se firma un convenio entre el Cabildo de Tenerife y la empresa pública Metropolitano para la elaboración de un proyecto de rehabilitación que sigue olvidado. El inmueble cuenta con importantes valores arquitectónicos, dos plantas, patio empedrado y balconada de madera aunque en un estado lamentable, que le han valido la incoación de un expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural.

           Las denuncias del estado lamentable de la Casa se remontan a principios de la década pasada. La emblemática Casa estuvo a punto de sucumbir debido a su fragilidad ante las obras de remodelación de la Avenida de los Menceyes, hechos que Azarug daba a conocer en un comunicado en 2004 afirmando que las obras eran "ejecutadas sin señalizaciones por palas mecánicas a una distancia imprudente de apenas cincuenta metros de la casa de Nicolás Estévanez". Para salvar la casa la organización juvenil impulsó una campaña de recogida de firmas y de actividades en el Instituto que lleva el nombre de Nicolás Estévanez en Aguere y la colaboración del Instituto Domingo Pérez Minik. En su momento Azarug también culpó al Consistorio gobernado por CC al que adjudicaban “falta de sensibilidad hacia la variada riqueza arquitectónica de nuestro patrimonio cultural".